Mascarillas y filtros

Estas siglas correspondes a las palabras en inglés filtering face pieces o como sería en español prendas de cara filtrantes. El número 2 se refiere al filtrado y quiere decir que filtra, al menos, el 94% de las partículas del aire.

Si seguimos con este filtrado podemos decir que las mascarillas FFP1 filtrarían, al menos, el 80% de las partículas transportadas por el aire y las mascarillas FFP3 filtrarían, al menos, el 99% de las partículas del aire.

Se trata de productos sanitarios que se engloban dentro de lso equipos de protección individual o EPIs.

Este tipo de mascarillas FFP2 es recomendable usarlas cuando se va a asistir a espacios cerrados en donde no haya mucha ventilación y en los que o sea posible mantener la distancia social que evita los contagios.

También habrá de emplearse en espacios abiertos concurridos donde haya aglomeración de gente o en espacios más reducidos como pueden ser, por ejemplo, los transportes públicos.

Están recomendadas para uso de personal sanitario, técnicos industriales que trabajen con agentes tóxicos o infecciosos y también en pacientes que puedan ser vulnerables y que se encuentren en entornos sanitarios o donde puedan correr el riesgo de contagiarse.

Tanto las mascarillas FFP2 como las FFP3 y las N95, han sido concebidas para no ser reutilizadas.
En el caso de que sea necesario el uso de mascarilla y no dispongas de una nueva, podrías llevar a cabo un proceso de descontaminación que, en ningún, caso se puede tomar como algo totalmente seguro ni cierto, por lo tanto, los datos que te vamos a ofrecer deberás tomarlos con cierta cautela.
Hay varias formas para intentar esta descontaminación:
Re-esterilización con vapor de peróxido de hidrógeno con el sistema Bioquell Clarus.
Re-esterilizaicón mediante calor seco en horno de convección a 70ºC durante 30 minutos.
Re-esterilización con vapor generado por microondas a 65ºC durante 30 minutos.

Se pueden concretar en tres los tipos de mascarillas: las higiénicas, las quirúrgicas y las de alta eficacia.

Las de alta eficacia o mascarillas auto filtrantes se subdividen en otras tres categorías que son: FFP1, FFP2 y FFP3.

El Ministerio de Trabajo y Economía Social menciona cinco tipos de mascarillas que te vamos a nombrar de mayor a menor protección:

Mascarillas con filtros de partículas: protege de la inhalación de partículas peligrosas, cuenta con filtros desechables y pueden contener tres tipos de filtros: P1,P2 y P3. Son inutilizables.

Mascarillas de protección autofiltrante: protege a quien la porta de partículas peligrosas, es reutilizable si cuenta con la R y hay 3 tipos según la eficacia de filtración: FFP1, FFP2 y FFP3.

Que una mascarilla sea adecuada o no dependerá de para qué la necesitemos puesto que no es lo mismo protegerse contra contagios, que contra agentes químicos, partículas de polvo u otras exposiciones.

Tanto las mascarillas como los respiradores (que son mascarillas con filtro especializadas) nos ofrecen diferentes niveles de protección dependiendo de como se usan y del tipo que sean.

Las mascarillas de tela de trama abierta van a ofrecer menor protección que las mascarillas de tejido fino en capas. Por otro lado, las mascarillas quirúrgicas desechable que nos ajusten bien y las KN95 ofrecen mucha mayor protección. Los respiradores bien ajustados, entre los que se encuentran los N95, son los que brindan un nivel más alto de protección.

Las mascarillas y los dispositivos de alto flujo son aquellos en los que el flujo aportado es superior a la demanda inspiratoria del paciente o del usuario.

Las mascarillas de alto flujo o tipo Venturi favorecen la administración de concentraciones de oxígeno más fiable y controlada.

Las características de esta mascarilla son las mismas que las de la mascarilla simple peor se diferencia de la anterior en que en su parte inferior cuenta con un dispositivo que permite regular la concentración en la administración de oxígeno.

Cuenta con un orificio o ventana regulable en su parte inferior.

Este tipo de mascarillas protegen a los usuarios de partículas, aerosoles y gotas. También son conocidas como mascarillas de filtrado de partículas.

Las mascarillas FFP2 han de filtrar, por lo menos, el 94% de los aerosoles y deben cumplir con las normas técnicas establecidas.

Para que las mascarillas cumplan con la función para la que han sido fabricadas, deben utilizarse de forma correcta y adaptarse perfectamente a la cara, tanto a la zona de la nariz, como a la zona de la boca y las mejillas.

Ha de evitarse tocar la mascarilla durante su uso y si se aprecia que está mojada o húmeda debe de quitarse y cambiarla inmediatamente.

La designación N en las mascarillas quiere decir que no filtran aceites y el 95 significa que filtra hasta un 95% de las partículas aéreas.

Están consideradas técnicamente respiradores. Cuentan con un total de 5 capas y también con orejera elástica y se sirve empaquetada en bosas individuales.

En el mercado podemos observar que existen las mascarillas N95 y KN95 y esto puede crearnos dudas de si son las mismas y si son igualmente válidas.

Pues bien, las mascarillas N95 son nombradas así siguiendo los estándares de los EE.UU.

Este tipo de mascarillas cuentan con el certificado de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

Las mascarillas que cuentan con filtros desechables ofrecen protección anti bacteriana y anti polvo.

Estos filtros reemplazables están compuestos por cinco capas de protección: capas dobles de tela no tejida, capas dobles de tela soplada por fusión y capa de filtración PM 2.5 en medio de las otras.

Las mascarillas pueden mantener sus propiedades durante cuatro horas, a no ser que se humedezcan o sufran daños por cualquier causa.

En cualquier caso, el filtro de las mascarillas ha de ser cambiado diariamente puesto que, en caso contrario, el material de los filtros se puede degradar y no cumplir los requisitos de filtración para los que han sido diseñados.

Las mascarillas 3M han de ser cambiadas cuando el usuario detecta que hay una resistencia excesiva a la respiración y esto va a variar según la persona. Otro motivo para cambiar la mascarilla 3M es cuando se ha vuelto antihigiénico por haber tosido o estornudado o el interior está en un estado que no es aceptable.

Lo más recomendable y lo que también indica 3M es que se haga un cambio de mascarilla cada 40 horas de uso o 30 días máximo, lo que ocurra primero de esas dos opciones.