Botas de Seguridad

Las botas de seguridad también son conocidas como botas industriales o botas de protección y se trata de un equipo de protección individual o EPI que tiene la función de proteger los pies de posibles accidentes laborales, ya sea por derramamiento de materiales que puedan resultar peligrosos, por deslizamientos, por golpes, por compresión mecánica, por exposición prolongada a frío o a humedad, etc.

Estas botas de seguridad cuentan con una puntera de seguridad que protege los dedos de impactos y también cuentan con plantillas anti perforación que protege los pies de posibles accidentes por perforaciones de objetos que punzantes que puedan encontrarse en el suelo.

En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de botas de seguridad ya que cada oficio o profesión requiere de unas botas que cuenten con unas determinadas características. Así, por ejemplo, un soldador no va a precisar de las mismas protecciones que un pintor o un bombero.

Las botas de seguridad más frecuentes son: las de punta de acero, las botas de soldador, las botas dieléctricas, las botas impermeables y las botas de bomberos.

Todas ellas tienen la función de proteger los pies de los usuarios de los posibles riesgos derivados de su actividad profesional.

Son varios y diversos los riesgos a los que se enfrentan los trabajadores de los distintos sectores. Esta diversidad de riesgos hace necesario que existan también varios tipos de botas de seguridad que protejan la integridad física de los profesionales.

Los riesgos más habituales de los que suelen proteger las botas de seguridad son, entre otros: golpes, perforaciones provocadas por objetos puntiagudos, abrasiones por contacto con líquidos corrosivos, humedades, frío, descargas eléctricas, etc.

No se debe dejar de lado o menospreciar la seguridad de los trabajadores en el desarrollo de su actividad laboral porque esto puede producir lesiones muy graves e incluso la muerte.

El calzado de seguridad en general se puede clasificar de diferentes formas dependiendo de cuál es la característica que se tiene en cuenta.

Por ejemplo, si la clasificación la hacemos teniendo en cuenta el material con el que están fabricadas las botas de seguridad, resultan dos tipologías: las fabricadas con cuero y las fabricadas con otros materiales, por un lado, y las fabricadas con caucho o topo polimérico por otro lado.

Otras formas de clasificar las botas de seguridad son: según sus propiedades, según su resistencia al deslizamiento, si con metal free o no, etc.

La duración de las botas de seguridad y del calzado de seguridad en general va a depender de muchos factores, aunque se puede decir de forma general que su duración ronda entre los 2 y los 5 años.

Este dato no es vinculante, puesto que es imprescindible hacer comprobaciones habituales de este tipo de calzado para asegurarnos de que no ha sufrido daños que puedan poner en riesgo nuestra seguridad en el trabajo.

Es muy importante que se revise el desgaste de la suela para evitar deslizamientos, así como el desgaste de las diferentes partes de las mismas para que el calzado mantenga siempre la eficacia en sus funciones de protección.

La norma que regula el calzado de seguridad es la EN ISO 20345. En ella se define tanto las características como los requisitos que han de tener los zapatos de seguridad.

Esta norma establece que el calzado de seguridad debe tener una resistencia al impacto de un mínimo de 200J y también una resistencia a la compresión de, al menos, 15 kN en la zona de la puntera. También establece que este tipo de calzado ha de cumplir con otras características como, por ejemplo, ser anti estático.

Para conocer cuál es el tipo de protección que ofrece cada zapato de seguridad, se han establecido unos códigos que los definen: SB, S1, S2, S3, S6, S7.

El peso de las botas de seguridad también está regulado por la normativa europea, al igual que el resto de características de este tipo de calzado.

Cada bota no debe exceder el peso de 800 gr y es que es muy importante que el calzado no resulte una carga extra para los trabajadores que pueda perjudicar tanto los pies como las piernas, rodillas o espalda.

El calzado de seguridad ha de ser cómodo y flexible además de proteger el pie puesto que, de lo contrario, en vez de ser una medida de protección y seguridad se puede convertir en un verdadero suplicio para los trabajadores y podría provocar que hicieran caso omiso a la obligación de vestirlo.

Estos códigos han sido elaborados por la normativa europea que regula el calzado de seguridad (EN ISO 20345) para catalogar cada tipo de calzado y los riesgos de los que protege, además de señalar las características propias de cada modelo.

S1: el calzado que cuenta con este código tiene la parte trasera cerrada, es un calzado antiestático, es resistente a hidrocarburos y absorbe la energía en la zona del talón. Esta categoría engloba también las características del código SB.

S2: este código indica que el calzado cumple con todo lo especificado en el código S1 y, por tanto, en el SB y, además, proporciona resistencia al agua y a la absorción de líquidos en la parte superior del calzado.

S3: este código cumple con los anteriores y, además, ofrece una suela con tacos y resistencia a la perforación de la suela.

La norma ISO 20345 es la que marca el estándar actual del calzado de seguridad en Europa. Desde el año 2011 todos los calzados de seguridad han de ser fabricados, probados y certificados bajo esta norma.

Esta norma requiere que el calzado de seguridad tenga una protección para la parte delantera de los pies de un mínimo de 200J y establece diferentes tipos de calzado de seguridad que está catalogado de acuerdo a los riesgos de los que protege.

Esta clasificación incluye diferentes aspectos y cada clase tendrá una S diferente: SB, S1, S2, S3, S6 y S7.

El calzado que cuenta con el código S1P es el modelo más usado a nivel mundial y es que se trata de un calzado que reúne todos los requisitos mínimos de seguridad que establece la normativa.

Se trata de una versión mejorada del calzado S1 y SB que es un calzado con unas características de seguridad más básicas.

El código S1P significa que el calzado cuenta con las características del código S1 (la parte trasera cerrada, es un calzado antiestático, es resistente a hidrocarburos y absorbe la energía en la zona del talón) y también cuenta con resistencia a la penetración en el talón (P)