Botas de seguridad de trabajo
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Las botas de seguridad y, por lo tanto, el calzado de seguridad, se utilizan cuando un usuario necesita protección en los pies por los riesgos que pueden dar lugar a posibles accidentes derivados, normalmente, de su puesto de trabajo.
Hay una gran variedad de tipologías de calzado de seguridad, por el sector, por su aplicación o por su material, entre otros.
Según el material de fabricación se pueden clasificar en:
Clasificación I: fabricado con cuero y otros materiales.
Clasificación II: fabricado con caucho íntegramente o topo polimérico.
Según sus propiedades se agrupan por códigos de designación y se indican con una S por ser calzado de seguridad y va seguido de una letra o de un número.
Las botas de seguridad protegen los pies por completo contra impactos. Cuentan con punteras de seguridad. Ante cualquier peligro o accidente, este calzado va a minimizar los posibles efectos dañinos en los pies y ayuda a los trabajadores a desempeñar su trabajo con una mayor normalidad y tranquilidad.
Están preparadas para proteger y resistir ante cualquier adversidad, desde posibles daños provocados por objetos punzo penetrantes, hasta posibles daños provocados por exposición a sustancias químicas nocivas.
También proporciona apoyo al tobillo contra resbalones a los que se pueda estar expuesto un trabajador en el desarrollo de su trabajo en el día a día.
El uso de este calzado de seguridad es obligatorio cuando se corre el riesgo de recibir golpes, cortes o el peligro de entrar en contacto con materiales químicos o de coger productos pesados que puedan causar daño a los trabajadores.
Este calzado de seguridad debe cumplir la normativa EN ISO 20345.
Para cubrir todos estos riesgos, el mejor calzado que un trabajador puede llevar es una bota de industria o de construcción ya que son ideales para prever riesgos altos de accidentes que se puedan producir en el desempeño del trabajo o de la tarea asignada.
El tiempo de duración de las botas de seguridad va a depender de muchos factores, aunque si podemos decir que lo normal es que estas botas tengan una vida útil de entre 2 a 5 años.
Un detalle a tener en cuenta con este calzado es el desgaste en las diferentes partes del calzado de forma que se mantenga siempre su eficacia.
Como recomendación general diríamos que se deberían cambiar cada año, pero, si no encuentras ninguna deficiencia y te sientes cómodo con ellas puede usarlas unos meses más.
Cámbialas si ves la suela desgastada o deteriorada, grietas en la zona de la entresuela, lleva las plantillas rotas, sufres dolores en los pies con ellas.
Las botas de seguridad protegen los dedos y el pie en general de las caídas de materiales pesados o punzantes, de la contaminación con agentes químicos, de las descargas eléctricas y de otros riesgos laborales como pueden ser los resbalones, las descargas eléctricas o el frío y el agua en trabajos que se realicen en estas condiciones.
Si un trabajo requiere de la utilización de botas o calzado de seguridad, este uso es obligado y el empresario será el obligado a facilitarle este calzado a sus empleados y a vigilar que lo utilizan de forma apropiada y de que esté en perfectas condiciones.
Depende del material con el que estén fabricadas estas botas y de si incluyen puntera de seguridad y de si esta es de metal o de otro material más liviano.
Unas bota sin partes metálicas, fabricadas con tela o con microfibra puede pesar menos de 1 kilo, sin embargo, si estas botas cuenta con partes metálicas y de cuero, el peso de estas botas puede alcanzar hasta los 2 kilos de peso.
El peso de estas botas va a influir mucho en la comodidad de los trabajadores y los fabricantes son conscientes, por este motivo, los departamentos de I+D de las empresas fabricantes están en continuo estudio para conseguir calzado seguro y cómodo.
Cuando un calzado de seguridad cuenta con las siglas S3, indica que cumple con los requisitos de la categoría S2 y, demás, ofrece resistencia a la perforación de la suela que cuenta con resaltes.
El calzado que cuenta con S3 incorpora una película hidrorepelente en sus tejidos, lo cual no significa que sea u calzado impermeable o waterproof. Lo que significa es que este calzado repele el agua y aisla en un mayor porcentaje la humedad del pie.
Con unas botas que cuentan con S3 tendremos también una mayor protección en terrenos con altibajos, terrenos húmedos o resbaladizos, etc.
Para saber si un calzado es de seguridad debe cumplir con una serie de requisitos. Unos atributos básicos que lo clasifican como de seguridad como son:
Las punteras: deben ser resistentes a posibles impactos en caída libre y si están diseñadas para trabajos en obra, este calzado debe contar con refuerzos en acero.
Impermeables: deben contar con cierta impermeabilidad al agua, a los disolventes y a otros productos químicos con los que pudiera estar en contacto el trabajador durante el desarrollo de su trabajo.
Suela: la suela de este tipo de calzado ha de ser antiadherente y a prueba de superficies resbaladizas.
Plantillas: este calzado ha de contar con plantillas metálicas que protejan a los pies de impactos, cortes y caídas.
Lo recomendable es que las botas de trabajo se cambien cada año o, si están en condiciones y aún lo permiten, se puede mantener durante unos meses más.
Sin embargo, el uso normal que suelen tener estas botas es de entre 2 a 5 años.
Es importante que, para que se conserven en perfecto estado, tengan un mantenimiento correcto.
Es importante destacar que, cuando se pueda observar que el calzado está desgastado en su suela, tiene alguna grieta, se ha roto la plantilla o la puntera, etc, deberá cambiarse inmediatamente, puesto que ya no va a ser posible que os ofrezca la protección para la que han sido fabricados y la integridad física de los trabajadores puede verse seriamente comprometida.